La milenaria medicina tradicional china fundamenta sus técnicas y tratamientos en una visión holística del ser humano, concibiendo a la persona como un todo energético que al mismo tiempo influye y es influenciado por el entorno donde se desenvuelve cotidianamente. Por ello, no es extraño que esta filosofía medicinal contemple como un aspecto elemental en el diagnóstico de las enfermedades la observación exhaustiva de las características físicas y las cualidades del paciente.
A lo largo de su evolución la medicina china ha desarrollado un completo método de diagnóstico que incluye cuatro ámbitos específicos como lo son: la palpación, la observación, la olfacción y el interrogatorio. Con la observación, se busca establecer la correlación entre la apariencia externa del paciente y la situación de los órganos internos, por ello, es muy común escuchar entre los médicos de esta disciplina la siguiente frase: “inspecciona el exterior para conocer el interior”.
Este fundamento se apoya también en los conocimientos que se tienen acerca del flujo energético, los meridianos que atraviesan las diferentes partes del cuerpo y la reflexión de los órganos internos en diversas áreas de la fisionomía humana.
Uno de los primeros en diseñar una tipología de estudio de estas características fue el médico de la medicina tradicional coreana Lee Je-ma, quien a principio del siglo XIX realizó un estudio que denomino: “Longevidad y preservación de la vida en la medicina oriental”. Él se percató de que aun cuando las personas se sintieran aquejados por la misma enfermedad, requerían de diferentes mezclas y dosis de hierbas curativas de acuerdo a sus características físicas y a las diferencias en su metabolismo.
A partir de este estudio Lee Je-ma categorizó cuatro tipos de personas de acuerdo a la energía que prevalecía en su cuerpo: “Mayor yang”, “Menor yang”, “Mayor ying” y “Menor ying”, esto es lo que hoy se conoce como: “Medicina Constitucional Cuatro” o “tipología Sasang”. De acuerdo a este estudio, cada tipo de persona posee órganos fuertes y órganos débiles en su cuerpo, así como ciertas características de personalidad que influyen en la predisposición a desarrollar alguna enfermedad o dolencia física. Las principales características de cada tipo pueden resumirse de la siguiente manera:
- Mayor Yang: son personas que se muestran orgullosas, con mucho ingenio, de profunda vida espiritual y que gustan de la soledad. Sus órganos fuertes son: los pulmones y el intestino grueso. Mientras que los débiles serian: el hígado y la vesícula biliar.
- Menor Yang: corresponde a personalidades simpáticas, alegres, muy sociables y amistosas, que se muestran activos, inquietos e inteligentes. Sus órganos fuertes son: el bazo y el estómago; los débiles son: los riñones y la vejiga.
- Mayor Ying: son quienes muestran facilidad para el liderazgo, dirigen con naturalidad a otros, son valientes, arriesgados y le gustan las emociones fuertes. Sus órganos fuertes son: el hígado y la vesícula biliar; mientras que los órganos débiles son: el estómago y el bazo.
- Menor Ying: son el tipo de personas que se expresan con elegancia y estilo, suelen ser muy perfeccionistas, familiares, posesivos y egoístas. Sus órganos fuertes son: los riñones y la vejiga. Los órganos débiles son el estómago y el bazo.
A partir de estos aspectos se ha desarrollado una extensa teoría que hoy en día incluye el estudio de la fisiología y patología, y que sirve de punto de partida para la realización de un diagnóstico correcto y la prescripción del tratamiento más adecuado a la persona. Más adelante, se desarrolló también una tipología basada en los cinco elementos y su influencia en la constitución física y el temperamento humano. La misma puede resumirse de la siguiente manera:
- El Tipo Madera: su órgano débil es el hígado, son personas que desarrollan muy bien sus músculos, por lo que generalmente tienen una contextura fuerte. Se muestran dinámicos, activos y con facilidad para el liderazgo, pero se pueden irritar rápidamente y volverse intolerantes, nerviosos y preocupados.
- El Tipo Fuego: evidencian el corazón como órgano débil. Tienen buen tono muscular, de rostro alargado y poca cabellera, se muestran agiles al caminar y están en constante movimiento. Son valientes y arriesgados, con mucha impaciencia, pueden caer en la agresividad y la intolerancia.
- El Tipo Tierra: sus órganos de cuidado son el bazo y el páncreas. Físicamente se muestran voluminosos con cuerpos de grandes dimensiones pero muy bien proporcionados. Suelen ser muy tranquilos de movimientos lentos. Pueden mostrar pereza e ineficacia.
- El Tipo Metal: los pulmones son su punto débil. Son personas de cuerpo estrecho, tez blanquecina, generalmente delgadas, de pasos firmes y elegantes. Se muestran libres y equilibrados, pero pueden ser crueles y vengativos ante la traición.
- El Tipo Agua: su órgano débil es el riñón. Su rostro asemeja a una gota invertida, pues poseen cabeza grande y mentón estrecho. Caminan dándole mucho movimiento a los brazos, hablan con gesticulación de las manos, generalmente de tez morena. Su temperamento es calmado, fluyen como el agua, pero cuando muestran su lado negativo son deshonestos y explosivos.
Además de estas tipologías la Medicina Tradicional China suele observar aspectos como la fisionomía y condiciones de: la cabeza, el rostro, los ojos, los labios, los dientes, las encías y la piel; y a nivel subjetivo o de las emociones tratan de establecer las condiciones de la persona en cuanto a: espíritu, comportamiento y estado anímico.
Parte de la información que estos elementos pueden aportar se reseñan a continuación:
- La cabeza: se observa la apariencia del cabello, en cuanto a su brillo, vitalidad, caída, presencia de canas, entre otros. Estas condiciones pueden guiar al médico para establecer problemas de insuficiencia de la sangre, así como el funcionamiento de los riñones y el hígado.
- El Rostro: el medico observa el color del rostro, la tonicidad de la piel, si existe apariencia de agotamiento, falta de sueño o cansancio. El color evidencia el estado de la sangre; un rostro verde, amarillo o muy blanco insinúa problemas del hígado, los riñones o deficiencias en la sangre. La hidratación de la piel aporta información acerca del funcionamiento del estómago y sistema digestivo.
- Los Ojos: generalmente los ojos reflejan claramente la situación emotiva de la persona, unos ojos brillantes y luminosos son muestra de una persona alegre, llena de vitalidad; mientras que unos ojos apagados y tristes son reflejo de una condición emocional de sufrimiento, opresión o estrés. La medicina china, además, relaciona cada parte del ojo con ciertas órganos internos, así, la pupila esta relacionada con el riñón; el iris con el hígado, la esclerótica con los pulmones; el parpado superior con el bazo y el inferior con el estómago.
- Los labios: cuando el color de los labios es muy pálido es una muestra de insuficiencias en la sangre, los labios resecos dan evidencia de calor en el bazo y el estómago, cuando están morados se debe a problemas circulatorios. Si son labios entreabiertos o la persona respira por la boca probablemente se deba a deficiencias pulmonares.
- Las encías y los dientes: el color de las encías es indicativo del estado de la sangre; si presentan sangrado indican calor en el estómago. Los dientes se relacionan directamente con los riñones y se consideran una prolongación de los huesos. Por tanto, unos dientes resecos reflejan mal funcionamiento de los riñones por poco consumo de líquidos; si además parecen grisáceos son muestra de calor en el riñón.
En cuanto a las condiciones espirituales, una persona fortalecida espiritualmente y con un mundo interior enriquecido mostrará una buena condición física, con músculos firmes, una postura erguida, irradiara vitalidad y tendrá una respiración regular y fluida. Por el contrario, las debilidades espirituales se manifiestan en nerviosismo, miedo, intranquilidad, respiración irregular, una postura de abatimiento y unos movimientos lentos o con desanimo.
También se aprecia el comportamiento en general, en relación a movimientos, forma de desplazarse, si muestra sensibilidad al calor o al frio; los estados emocionales como la tristeza, nostalgia, decaimiento; si se irrita con facilidad; además del tono de voz, forma de reaccionar y de expresarse, entre otros.
Todas estas consideraciones constituyen un diagnóstico integral mediante la evaluación general del paciente que permitirá más que tratar un síntoma aislado que denote la mayor dolencia manifestada por el paciente, considerar un tratamiento muy completo que contribuya a mejorar el estado general del paciente.