Los fundamentos filosóficos y los conceptos básicos que encierra el origen de la medicina tradicional china dejan ver desde el primer momento que nos familiarizamos con ella, su función claramente más preventiva que curativa. Para la cultura china la manifestación de una enfermedad grave indica que la persona ha estado por largo tiempo expuesta a una serie de condiciones y situaciones según las cuales descuido o perdió el equilibrio energético necesario para gozar de una buena salud, en ese momento culminante en el que una dolencia se presenta de forma crónica los métodos utilizados en la terapia de la medicina china al igual que muchos de la medicina occidental ralentizan su efectividad y en algunos casos pueden ser muy poco eficaces; de allí que toda la cosmovisión que integra la milenaria medicina oriental haga tanto énfasis en la búsqueda constante del equilibrio energético y los cuidado cotidianos que debe seguirse para mantener la armonía del cuerpo, la mente y el espíritu.
Esa necesidad del equilibrio del ser humano en sus procesos internos y con su mundo exterior ha considerado desde hace más de tres mil años la incidencia de aspectos como: las emociones, las condiciones ambientales, la alimentación, el sueño y la respiración, después de años de observación y mediante la práctica de diferentes métodos de prevención y curación la medicina tradicional china ha logrado establecer técnicas apropiadas para incentivar la capacidad del cuerpo humano de recuperar sus niveles óptimos de energía y mantenerse alejado de las enfermedades.
El pueblo chino es ampliamente conocido por la longevidad de sus habitantes y la capacidad que han desarrollado para alcanzar edades muy avanzadas con muy pocos problemas de salud que alteren o entorpezcan el disfrute de sus últimos años de vida. Gran parte de este logro está estrechamente relacionado con el enfoque que la medicina china ha dado al tratamiento de la salud. En este sentido, debe destacarse la visión integral que la MTC posee de la persona, como entidad que interactúa constantemente en un entorno dinámico y cambiante y que está expuesto a numerosas influencias capaces de alterar en modo alguno su energía vital y producir una enfermedad.
Para los médicos chinos un buen profesional de la medicina no es aquel que trata una enfermedad sino quien es capaz de evitar que la persona pierda su buena salud, es por ello, que gran parte de las recomendaciones médicas más usuales están relacionadas con temas básicos de la vida diaria. La alimentación, por ejemplo, es concebida como una estrategia para la prevención de enfermedades, al igual que en muchos otros temas se consideran los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua, los cuales se manifiestan en los diferentes alimentos que consumimos y sus sabores: dulce, acido, amargo, picante y salado; por tanto de acuerdo a la combinación y la preparación que se le dé a cada platillo su ingesta y los nutrientes que aportan son capaces de intervenir positivamente en restablecimiento energético del cuerpo y en el tratamiento de múltiples dolencias, favoreciendo con ello la prevención del desarrollo de una enfermedad grave.
De la mano de la alimentación se encuentra la conocida medicina herbolaria china, que consiste en la ingesta de infusiones, extractos y tés elaborados a base de diversas hierbas, plantas y animales cuyos efectos han sido estudiados desde tiempos remotos por esta cultura, generando unas 5 mil sustancias útiles para diversos padecimientos, las cuales recetan los médicos chinos en formulas especificas que pueden contener hasta 20 o más ingredientes diferentes. Su efectividad para el incentivo de los cambios bioquímicos necesarios en la superación de ciertas molestias como dolores, trastornos del sueño, problemas digestivos, desequilibrios emocionales y muchas otras dolencias ha sido ampliamente comprobada. Asimismo, la medicina herbolaria debidamente prescrita por un medico respetable en el área, ha demostrado su efectividad para ayudar a conservar una condición saludable, fortalecer el sistema inmune, preservar el buen funcionamiento de los órganos y mantenerse librado de múltiples enfermedades, tales como: diabetes, hipertensión, obesidad, estreñimiento, migraña y muchas otras, sin la necesidad de consumir fármacos que pudieran a la larga ser perjudiciales para el funcionamiento de ciertos órganos internos.
Igualmente, el ejercicio físico constante, especialmente la práctica de aquellas disciplinas propias de la cultura china en las cuales se suele combinar aspectos como la respiración, la concentración o meditación, la elasticidad, los movimientos moderados y la búsqueda del crecimiento espiritual; tales como el Tai Chi, Yoga y Chi Kung, este ultimo especialmente utilizado con el fin de mantener un buen estado de salud y prevenir las enfermedades.
Finalmente, las técnicas comúnmente aplicadas en la MTC, tales como la acupuntura, moxibustión, tuina, digitopuntura, ventosaterapia, entre otras, son muy útiles para evitar el desarrollo de un padecimiento crónico, pues se especializan principalmente en tratar a tiempo las primeras molestias evidenciadas en el cuerpo, dolores, calambres, dificultad para el movimiento, inflamaciones, jaquecas y muchas más, que generalmente se manifiestan como los primeros síntomas en la afectación de un órgano o proceso interno del cuerpo, y que de no dárseles la debida atención llegan a desencadenar en daños irreparables que afectan irremediablemente la buena salud del paciente.
Estas técnicas actúan básicamente restableciendo la armonía entre la fuerza del ying y el yang, el correcto flujo de la energía vital chi y las condiciones internas de los órganos en cuanto a la presencia excesiva o disminuida de frío, calor, humedad o sequedad. Por tanto suelen ser usadas con frecuencia por el pueblo chino no solo en el tratamiento de las dolencias, sino también en el mantenimiento adecuado del bienestar integral de cada persona. es por ello que su difusión en el mundo occidental es cada vez mayor, haciéndose más aceptados como métodos claves para la buena salud.