La Moxibustión es una de las terapias alternativas que ofrece la medicina tradicional china.
Esta técnica consiste en impartir calor en ciertos puntos del cuerpo a través de los cuales se logra estimular la mejora de diversos órganos o equilibrar sus niveles energéticos, contribuyendo de este modo, a la superación de múltiples afecciones.
El calor que se aplica a diversas zonas del cuerpo se genera mediante la combustión de las denominadas moxas, estas son elaboradas a base de raíz seca de la planta altamisa o artemisa como también se le conoce, la cual se tritura convirtiéndola en polvo y dándole forma de cigarro. Generalmente se prefiere la altamisa debido a que conserva mucho más el calor y emana aceites esenciales que han sido habitualmente utilizados para tratar mala circulación, dolores, problemas digestivos y espasmos.
Los puntos corporales que se tratan con la moxibustión corresponden a los mismos que se trabajan con la acupuntura, por tanto, puede realizarse como una combinación de técnicas con la que se logra estimular por presión y calor el restablecimiento del nivel energético en el cuerpo. A diferencia de la aplicación exclusiva de la aguja, el uso del calor tiene la ventaja de que favorece principalmente el sistema circulatorio, por lo cual suele utilizarse para activar el flujo sanguíneo.
La moxibustión ha demostrado ser efectiva para contrarrestar dolores relacionados con la artritis, así como la rigidez muscular, los problemas menstruales, las afecciones digestivas, el estrés, la ansiedad, la falta de deseo sexual e incluso la infertilidad. Igualmente, el calor generado con esta técnica se usa para lo que se conoce comúnmente como “sacar el frio” de ciertas zonas corporales, tales como: el útero, los pulmones y los intestinos; este frio localizado puede generar dolores, espasmos y otras molestias que raramente la persona relaciona con la necesidad de aplicar calor.
Las moxas pueden ser aplicadas directa o indirectamente sobre el área afectada, con la forma directa se colocan pequeñas porciones de moxas sobre los puntos a trabajar y se encienden, pero se debe tener cuidado de retirar antes de que se consuma completamente para evitar quemar a la persona tratada. De manera indirecta, se utilizan grandes cigarros de moxas que se mantienen encendidos cerca de las zonas a trabajar permitiendo que el calor emanado llegue a la piel, normalmente a una pulgada de distancia aproximadamente.
Al igual que la mayoría de las técnicas de la medicina tradicional china, la moxibustión no tiene efectos adversos, sin embargo, existen ciertas condiciones que deben ser observadas antes de someterse al tratamiento, dado que por la emisión de calor y por su influencia en la circulación sanguínea pueden resultar contraproducentes. Tales circunstancias serian: personas con problemas cardiacos, mujeres en los primeros meses de embarazo, menstruaciones abundantes, fiebre, heridas o ulceras en la piel, además, se debe tener cuidado con las partes sensibles del cuerpo como; ojos, nariz, boca y otras mucosas. Tampoco se recomienda aplicar las moxas sobre el rostro, el pecho o en áreas cercanas a las grandes arterias.
Hasta ahora se dice que no existe base científica para el reconocimiento de la moxibustión como una disciplina terapéutica válida para la medicina occidental, sin embargo, si ha sido reconocida por la Unesco, junto con la acupuntura, como Patrimonio Mundial de la Humanidad, y existen numerosos testimonios en todo el mundo que dan fe de su efectividad para aliviar problemas que los pacientes no habían logrado erradicar con el uso de los fármacos conocidos. En todo caso, siempre es recomendable asegurarse de recurrir a personas con una experiencia reconocida en el área si se desea probar las bondades terapéuticas de la moxa.
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