La piel es considerada como el órgano más grande del cuerpo humano, esta amplia capa de protección de los órganos interiores, tendones, articulaciones, huesos y demás está llena en toda su extensión de una gran cantidad de receptores sensoriales que nos mantienen en contacto directo y constante con el medio externo, a través de ella percibimos el calor o el frio del ambiente, las diferentes sensaciones y energías que nos rodean, quizás por ello desde tiempos remotos la humanidad ha utilizado diferentes formas de acariciar la piel y llegar por medio del masaje a incidir en el equilibrio interno del cuerpo favoreciendo su bienestar integral.
Especialmente la medicina tradicional china ha tenido muy en cuenta la función terapéutica que puede cumplir el masaje para el tratamiento de ciertas dolencias y el restablecimiento del equilibrio energético del ser humano. Una de las propuestas más interesantes provenientes de la cultura asiática es sin duda el masaje Tiuna, que con un estilo único se basa en los conocimientos ancestrales de la fisionomía humana para alcanzar el equilibrio energético entre el ying y yang, y lograr de esta forma el aumento de la energía vital tan positiva para contrarrestar las dolencias físicas, emocionales y espirituales.
Sus orígenes se remontan a más de 2000 años A.C. y fue ampliamente utilizada durante la dinastía Ming, en un principio se usaba principalmente para tratamientos infantiles y su técnica se limitaba a algunos movimientos de fricción y presión, sin embargo, a medida que se fue ampliando el conocimiento de los puntos claves del cuerpo para la estimulación favorable de la energía se fue extendiendo su aplicación a personas de todas las edades. Asimismo, se diversificaron la cantidad de enfermedades que se podían tratar agregándose, también, paulatinamente los movimientos específicos para cada área.
La diversidad de movimientos configuran hoy una completa técnica que se basa en: calentar, tonificar, dispersar, estimular y eliminar las corrientes o flujos de energía en las diferentes áreas del cuerpo, para ello, quien realiza el masaje se vale del roce, la fricción o presión de determinados puntos claves, administrando la intensidad y fuerza del movimiento según la zona que se masajea, el lugar específico que se quiere trabajar y el propósito con el que se realiza la acción.
La Tiuna más que un masaje sanador es considerado como una forma de prevención de enfermedades, ya que al contribuir al equilibrio integral favorece el bienestar de la persona, estimula su sistema inmunológico y lo predispone a mantener un buen estado de salud. Sin embargo, dado los estímulos positivos que provoca en el cuerpo puede ayudar a eliminar ciertos dolores musculares y lesiones en las articulaciones. Entre los beneficios que se le atribuyen al Tiuna se encuentran: favorece la circulación, armoniza el estado general del cuerpo y ayuda a eliminar toxinas atrapadas o estancadas en nuestro interior. Asimismo, dado que propicia la relajación general del cuerpo contribuye a combatir problemas como el insomnio, dolores de cabeza, depresión, tensión nerviosa o estrés.
Existe una rama específica de la terapia que se denomina Tiuna infantil y está pensada especialmente para ayudar a los pacientes más pequeños cuando presentan resfriados, tos, cólicos, diarrea, estreñimiento, entre otros. Aunque, evidentemente no debe sustituir la visita al pediatra es un valioso apoyo para los padres que logran manejar las técnicas básicas de estos masajes.
A pesar de generar efectos adversos el masaje Tiuna no se recomienda en caso de estar embarazada, tener venas inflamadas o estar pasando por un proceso oncológico. Además, se debe recordar que se trata de técnicas complementarias que si bien pueden favorecer en mucho la salud deben ir acompañadas de una determinante decisión de vivir una vida saludable, realizar ejercicios y tener una buena alimentación.